MÉXICO 68: EL DISEÑO QUE SE VOLVIÓ IDENTIDAD

En 1968, México no solo organizó los primeros Juegos Olímpicos en Latinoamérica. Creó un ícono que hasta hoy sigue siendo referencia mundial en diseño, cultura y arte: la identidad gráfica de México 68.

EL NACIMIENTO DE UN ÍCONO

El reto era mayúsculo: ¿cómo sintetizar en una sola imagen el espíritu olímpico y la esencia de México?

El equipo creativo encabezado por Pedro Ramírez Vázquez, Lance Wyman y Eduardo Terrazas logró una proeza visual. La tipografía psicodélica, las líneas ópticas y la integración de los aros olímpicos con el número 68 dieron vida a un sistema gráfico único.

El resultado fue más que un logotipo: fue un lenguaje visual que conectaba el México ancestral con la modernidad de los años sesenta.

Pedro Ramírez Vázquez, Lance Wyman y Eduardo Terrazas

LA INSPIRACIÓN DE LA TIPOGRAFÍA

La tipografía de México 68 no surgió de la nada. Wyman y Terrazas se inspiraron en los patrones geométricos de las culturas indígenas mexicanas, especialmente las grecas de Mitla en Oaxaca y los diseños huicholes.

Las letras se construyeron con líneas concéntricas que evocaban tanto la tradición óptica de la época (Op Art, psicodelia) como la repetición ritual de los símbolos prehispánicos.

Así, cada palabra escrita con esta tipografía no era solo texto: era una pieza visual que vibraba, que se movía, que transmitía energía. La inspiración ancestral se fusionaba con la estética pop de los 60, creando un código visual atemporal y profundamente mexicano.

DISEÑO QUE CONECTA CULTURA Y MODERNIDAD

La identidad de México 68 no solo estaba en pósters y boletos. Se volvió arquitectura, señalética, moda y arte urbano.

Inspirada en patrones huicholes, grecas prehispánicas y el arte óptico que dominaba en esa década, la gráfica transmitió un mensaje claro: México podía dialogar con el mundo desde su raíz cultural, pero con mirada futurista.

Sistema gráfico Ciudad

UN LEGADO QUE NO SE BORRA

Hoy, más de medio siglo después, el diseño de México 68 sigue siendo estudiado en escuelas de arte y comunicación. Su audacia tipográfica y la manera en que creó un sistema visual modular lo convierten en pionero de lo que hoy llamamos branding global.

México 68 es identidad, memoria y símbolo. Una prueba de que el diseño puede trascender el evento para convertirse en un ícono cultural eterno.

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