La Lucha por la Vida: el arte como punto de encuentro

El 2 de noviembre inauguramos La Lucha por la Vida en Apricot, un espacio que se transformó en altar, ring y refugio.
Una exposición que reunió a seis artistas —Sergio Meléndez, Carolina Gusmund, Astor, Angie Islas, Alan Carranza y Wen Ayala— para hablar, desde distintas miradas, sobre la resistencia, la identidad y la memoria que nos habita.

El resultado fue una noche llena de conversación, miradas curiosas y obras que resonaban entre sí. La exposición se volvió una experiencia colectiva donde el arte se entendió no solo como objeto, sino como energía que conecta, cuestiona y mantiene viva la memoria.

El arte como resistencia cotidiana

En México, hablar del arte es también hablar de supervivencia.
De seguir creando a pesar de la incertidumbre, de levantar la voz desde la imagen, de luchar por seguir sintiendo.
La Lucha por la Vida no fue solo una muestra de obras: fue una declaración sobre el poder del arte para sostenernos.

Cada artista aportó una mirada única: desde la fuerza ritual de la fotografía de Sergio Meléndez, hasta la delicadeza nostálgica de Carolina Gusmund, la crudeza simbólica de Astor, la voz política y urgente de Angie Islas, el retrato urbano de Alan Carranza, y la sutileza emocional de Wen Ayala.
Cada pieza fue un eco distinto de la misma idea: que la vida, incluso en su fragilidad, sigue dando pelea.

Construir comunidad a través del arte

Nuestro objetivo es construir una comunidad viva de artistas, creadores, gestores y espacios que se acompañen y colaboren de manera constante.
La Lucha por la Vida es solo un primer paso para abrir diálogo, crear conexiones y generar redes que sigan impulsando la economía creativa desde lo local.

Queremos que cada exposición se convierta en un espacio de encuentro, donde las ideas se mezclen, los artistas se conozcan entre sí y el público pueda conectar con lo que está detrás de cada obra.

La exposición estará abierta hasta el 16 de noviembre en Apricot (Av. Álvaro Obregón 159, Roma Nte., CDMX).
Pero más allá de las fechas, este evento marcó el inicio de una nueva etapa para ArtBank: una donde la colaboración, la visibilidad y el apoyo mutuo sean el centro de todo lo que hacemos.

Porque la lucha por la vida también es la lucha por el arte.
Y mientras existan espacios, artistas y comunidad, seguiremos creando.

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