Los tapetes de aserrín: una pintura que se barre
Cada Día de Muertos, en pueblos como Huamantla, Atlixco y Oaxaca, las calles se transforman en lienzos gracias a los tapetes de aserrín. Esta tradición combina técnica, creatividad y trabajo comunitario para crear obras efímeras que sorprenden por su colorido y detalle.
Los tapetes se elaboran con capas de aserrín teñido de diferentes colores, con moldes y plantillas que permiten formar flores, calaveras, símbolos y patrones geométricos. Cada artista o grupo de familias imprime su estilo, creando composiciones únicas que dialogan con la memoria de la celebración y el entorno urbano.
Lo especial de los tapetes de aserrín es que su belleza es efímera: duran apenas unas horas o un día, dependiendo del paso de la gente y de las procesiones. Esta temporalidad no los hace menos valiosos; al contrario, refleja una filosofía del arte que celebra la vida, la memoria y la participación colectiva.
Crear es un acto de memoria y comunidad
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Crear es un acto de memoria y comunidad 〰️
Desde una perspectiva artística, los tapetes son ejemplos de creación comunitaria, donde la técnica, el color y la composición se combinan para producir un impacto visual inmediato y emocional. Son un recordatorio de que el arte puede ser vivo, dinámico y social, y que la creatividad se expresa tanto en lo que dura como en el acto de crear.
En ArtBank, reconocemos en los tapetes de aserrín un ejemplo de cómo la tradición popular se convierte en arte contemporáneo: efímero, participativo y lleno de significado.