Revolución contra el plástico digital y el contenido que no te aporta como artista 

Basura digital que ensucia tu creatividad y hace cada vez más difícil tu experiencia como creador. 

Vivimos sobreestimulados. Scrolls infinitos, trends virales, frases en Canva con fondo beige. Simplificamos tanto la manera de visualizar la comunicación que todo se vuelve hegemónico: las mismas plantillas, los mismos colores, el mismo ruido visual. 

Pero… ¿qué de todo eso alimenta realmente tu práctica artística? ¿Y qué solo te llena como plástico digital

Pausa filosofal: ¿cuánto de lo que consumimos en redes es una elección propia y cuánto es un reflejo de un sistema diseñado para mantenernos enganchados? El algoritmo se ha convertido en el nuevo editor cultural, dictando tendencias, moldeando gustos, ideas políticas o pensamientos sociales, e incluso influyendo en decisiones que creemos “libres”. 

¿Qué es el plástico digital? 

El “plástico digital” es un término que se utiliza para describir contenido sintético o media generada sin intención, muchas veces por inteligencia artificial o por dinámicas superficiales de viralidad. Aunque a primera vista puede parecer llamativo o atractivo (como el caso viral de la ballerina capuchina), carece de profundidad, de estrategia visual o de vínculo con un concepto creativo profundo, es más una ocurrencia. 

brainrot-italiano-personajes

El paralelo con el plástico físico es claro: es brillante, barato, omnipresente… y tóxico a largo plazo. 

¿Recuerdas cuando cada mes las personas publicaban imágenes para “darle la bienvenida” al mes que venía? 

"Bienvenido, julio…" / "Agosto será mejor…" 

¿Acaso los meses nos podían leer? Los humanos estamos acostumbrados a ciclos de creación absurda que repetimos sin cuestionarlos. 

BIENVENIDO-AGOSTO

Impacto de este tipo de contenido en el consumo digital artístico 

La tendencia crea viralidad, y es prácticamente imposible no ser víctimas del algoritmo. Aunque intentes curar tu consumo, estamos saturados de nuevos memes, videos y formatos que distraen y dispersan. Esta saturación genera una erosión en la autenticidad: ahora el lenguaje mundial son los memes, no el pensamiento crítico. 

Muchos artistas comienzan a crear para el algoritmo, no para su identidad artística. Otros son olvidados por no adaptarse al contenido que el sistema visibiliza. 

Y entonces surge una falsa sensación de productividad creativa. 

Ver no es crear (ver ≠ crear). Que tu scroll no te engañe: ver videos no necesariamente te está inspirando, muchas veces solo te está alejando. 

 

¿Cómo reconocer el contenido nutritivo? 

Piensa en ese contenido que, después de consumirlo, te deja una idea rondando en la cabeza. Ese que, mientras te duchas, vuelve y vuelve hasta que sales del baño con una idea nueva o, quién sabe, un negocio millonario. 

El contenido nutritivo no se reproduce en 500 formatos en todas las plataformas. Si ya hay más de 100 personas hablando del mismo tema, ¿por qué querrías ser la número 101? 

Cuando el contenido que consumes te invita a pensar, te inspira a crear y no a imitar, estás frente a algo nutritivo. 


Curaduría consciente: cómo construir tu dieta digital
 

¿Somos consumidores o somos consumidos? Es momento de filtrar, de darle unfollow a las cuentas que no te aportan, de usar sin miedo el botón de “No me interesa”. Haz una revisión de tu entorno digital y permítete una pausa para reconectar. 

Te sugerimos: 

  • Sigue artistas que compartan sus procesos, no solo el resultado. 

  • Sal de Pinterest. Regresa a los libros, revistas, conversaciones en físico. 

  • Recuerda: el algoritmo busca eficiencia. Nosotros, sorpresa. 

 

Si quieres hackear el sistema y empezar tu revolución creativa: 

  • Explora lo incómodo: consume lo que no está en tendencia. 

  • Cambia la narrativa: rompe patrones, cuenta historias distintas. 

  • Apuesta por lo humano: la intuición y la emoción no se programan. 

  • Diseña para el asombro, no para la métrica. 

 

El plástico digital va a seguir existiendo, cada vez con más fuerza. El algoritmo es una caja negra difícil de predecir. Pero tú decides con qué materiales construir tu obra: ¿contenido reciclable o nutrientes reales para tu creatividad? Tu algoritmo también puede ser un espacio de inspiración, si tú eliges lo que entra en él. 


La cultura se mueve con lo inesperado.
 

Seamos curiosos, desafiantes y, sobre todo, humanos. 

Gracias por leernos. (Y si te sabes el trend de “Nothing beats a Jet2Holiday”, deja de scrollear. Ponte a chambear. Perdón… a crear). 

Anterior
Anterior

¿Inspiración o apropiación? El caso Adidas y los huaraches zapotecos 

Siguiente
Siguiente

Los Indispensables: Viñetas para reírse de la vida (y sobrevivirla)