¿Por qué todos hablan de “creative coding”? 

De pronto, todos los festivales de arte digital, estudios de diseño y residencias artísticas hablan de creative coding
Pero ¿qué es realmente? 
No es solo programar ni solo crear arte: es usar el código como material creativo. 

El creative coding permite a artistas, diseñadores y tecnólogos escribir emociones en forma de algoritmos. 
Con líneas de código, se pueden generar visuales, música, instalaciones interactivas o experiencias inmersivas que reaccionan al cuerpo, al sonido o a los datos del entorno. 

Del pincel al algoritmo 

En México, esta tendencia está tomando fuerza gracias a una nueva generación de artistas que ven el código como un nuevo lenguaje visual. 
Lo interesante es que, aunque parece una práctica futurista, el espíritu es el mismo: curiosidad, experimentación y deseo de expresión. 

Desde colectivos de arte digital en CDMX hasta artistas que proyectan visuales en festivales como Mutek o OFFF, el creative coding une la lógica del programador con la sensibilidad del artista. 

El arte que siente tus datos 

El creative coding se distingue porque el resultado nunca es fijo: es arte que cambia según la interacción o el input del espectador. 
Puede ser una instalación que responde a tu movimiento, una animación generada por el clima del día, o una pieza visual que traduce los sonidos de una ciudad. 

Esa fusión entre tecnología, estética y emoción es lo que ha hecho que todos hablen de esto: 
no es arte para mirar, es arte que te mira de vuelta. 

Más allá del hype 

Aunque el término parezca moda, el creative coding está redefiniendo la manera de entender la creatividad. 
Ya no se trata de elegir entre arte o tecnología, sino de reconocer que el futuro del arte mexicano también se escribe en lenguaje binario. 

No es reemplazo del mural ni del lienzo; es su evolución natural. 
Un espacio donde el algoritmo y la intuición conviven, como en cualquier buena obra de arte. 

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