Maya Goded: Retratar lo invisible con una mirada mexicana

Maya Goded no fotografía para mostrar. Fotografía para entender.


Desde hace más de tres décadas, su lente ha buscado aquello que el México oficial no siempre quiere ver: las mujeres que resisten en los márgenes, los cuerpos que la sociedad calla, los deseos que sobreviven al olvido.

Nacida en Ciudad de México en 1967, Maya creció en un entorno donde la cultura y la curiosidad eran parte del día a día. Hija de una antropóloga, aprendió desde joven a observar sin prejuicios, a mirar con respeto. Estudió sociología antes de dedicarse por completo a la fotografía, una combinación que marcaría su estilo: visualmente potente, socialmente comprometido y profundamente humano.

Su formación continuó junto a Graciela Iturbide, con quien trabajó como asistente. De ella heredó la sensibilidad por lo cotidiano y la fuerza de la mujer mexicana, pero pronto encontró su propia voz: más íntima, más frontal, más emocional.

Foto: Andrea Tejada

Una obra que escucha, no impone

Desde sus primeras series, como Tierra Negra, donde retrató comunidades afrodescendientes en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, Maya entendió que la fotografía podía ser una forma de justicia. Su mirada no busca víctimas, sino dignidad.

Proyecto: Tierra Negra

En Sexoservidoras y más tarde en Plaza de la Soledad, su obra más conocida, acompañó durante años a mujeres que ejercen el trabajo sexual en La Merced, en Ciudad de México. Las fotografió sin morbo, sin distancia, con una cercanía que desarma estereotipos. En sus imágenes hay cansancio, humor, ternura, deseo. Hay vida.

Con el tiempo, su relación con esas mujeres se transformó en amistad y en cine. En 2016 presentó el documental Plaza de la Soledad, premiado en festivales internacionales como Sundance, donde volvió a demostrar que mirar también puede ser un acto de amor.

Proyecto: Sexoservidoras

Proyecto: Plaza de la Soledad

Estilo y mirada

Maya Goded trabaja desde la empatía y la paciencia. Sus proyectos duran años, incluso décadas. Espera el momento en que la cámara deja de ser una intrusa para volverse parte de la historia.

Su fotografía, casi siempre en blanco y negro, explora los contrastes: luz y sombra, dolor y deseo, miedo y esperanza. No busca la perfección técnica, sino la verdad emocional. Y en esa búsqueda, logra algo único: transformar la marginalidad en poesía visual.

Reconocimientos y legado

Su trabajo ha sido reconocido con premios como el World Press Photo, la Beca Guggenheim, el Premio W. Eugene Smith y el Príncipe Claus, entre otros.
Sus imágenes han recorrido el mundo —de México a Nueva York, del Reina Sofía al MoMA—, pero su mirada sigue anclada en su país: en sus calles, en sus mujeres, en su identidad mestiza y compleja.

Proyecto: Plaza de la Soledad

Una mexicana que retrata el alma mexicana

Maya Goded representa una forma de ser artista en México: valiente, empática y profundamente humana. Sus fotografías hablan del silencio, de la resistencia y de la belleza que persiste incluso en los lugares más duros.

En cada imagen hay una pregunta sobre quiénes somos y qué elegimos mirar.
Y también una respuesta: que la verdadera fuerza de México está en sus mujeres, en su capacidad de seguir soñando aunque el mundo las ignore.

Maya Goded nos recuerda que mirar no es solo ver: es acompañar, reconocer y, sobre todo, amar.

Foto: Mes de la mujer. Ciudad de Chihuahua. Homenaje a las madres que luchan por encontrar a sus hijas desaparecidas.

Anterior
Anterior

Nostalgia a la mexicana: ¿qué rescatamos de verdad? 

Siguiente
Siguiente

La superstición mexicana como pulso estético en el arte